LA ESTACIÓN FANTASMA DE CANFRANC (colaboración)
Antes de empezar vamos a situarnos:
Nos vamos a
Aragón, en concreto a la provincia de Huesca, y allí encontramos un pueblo
llamado Canfranc, usado como paso fronterizo entre España y Francia.
Pues bien, dicho esto os contaré que Canfranc es un pueblecito de unos 600 habitantes situado en un
profundo valle y que forma parte del Camino de Santiago Aragonés, supongo que por
ser la vía más accesible de la zona, pues posee un terreno menos agreste. Este
pueblecito sufrió varios incendios (creo que uno en s. XVII y otro en el
s.XX), que arrasaron con gran parte de su patrimonio histórico y cultural. Uno
de los edificios más emblemático y por el que es muy conocido Canfranc, es su
estación de ferrocarril. Aunque está abandonada desde 1970 por el descarrilamiento
de un tren, sigue siendo un sitio precioso en el que detenerse a comer, visitar
la zona y hacer una parada obligatoria en su estación fantasma para hacer
fotos, pues tiene un edificio principal imponente, y algún secreto oculto, jeje...
Vista desde el puente que da paso desde la carretera a la estación |
Toda la información acerca de este pintoresco lugar la tenéis por internet, así que no os voy a aburrir con datos que encontrareis por la red. Pero sí sentía curiosidad por saber más sobre el edificio principal de esta estación de tren. Para ello eché mano de mis contactos, y ayudada por mi gran amigo de la infancia, y arquitecto, Miguel Mira Díaz, os dejo unos datos técnicos.
Desde aquí le doy, de nuevo, las gracias . Espero que os resulte tan interesante como a mi.
"Desde 1904, la España de la
Restauración y la Francia de la Tercera República emprendieron el proyecto de
creación de un nuevo corredor ferroviario por el histórico paso del Somport.
Una tercera vía de acceso a la península a través del Pirineo Aragonés, paralela
a la traza del Camino de Santiago. Este nuevo trazado requirió la construcción
de una nueva estación fronteriza internacional en el lugar de Canfranc, punto
de encuentro de la línea férrea española de Zaragoza a Francia y la línea
francesa de Pau-Canfranc dentro del eje Burdeos-Zaragoza.
En esta nueva estación se
debía resolver, de un modo semejante al de las estaciones ya existentes de Irún-Hendaya
y Portbou-Cerbere, el problema del transbordo de pasajeros y mercancías desde
los trenes europeos con ancho de vías internacional (1435mm) a los trenes con
ancho de vía ibérico (1668mm). La estación fue concebida, por lo tanto, como un
intercambiador en el cual pasajeros y mercancías descendían de un tren tan solo
con el fin de abordar otro con el ancho de vías adecuado para continuar su camino.
En 1970 la línea fue
clausurada en su parte francesa. De los años de la estación como
infraestructura internacional ha perdurado el gran edificio intercambiador para
pasajeros. Fue concebido como una gran estructura interpuesta entre las vías
que llegan de cada sentido, completamente simétrica según su eje longitudinal.
La gran longitud del edificio se correspondía con el largo de los convoyes que se
detenían delante de cada una de sus dos fachadas. El viajero una vez el tren
hubiera alcanzado la estación se apeaba, y resguardado por una amplia marquesina accedía
al edificio a través de cualquiera de las innumerables puertas de la fachada
correspondiente a su llegada. Tras disfrutar de los servicios de la estación
(restaurante, hotel, etc), abandonaba el inmueble por la fachada opuesta para continuar su
viaje.
El edificio fue proyectado a
comienzos de los años '20 por el ingeniero Ramírez de Dampierre. Para el cuerpo
principal se decidió el empleo de una estructura porticada de hormigón armado,
coincidiendo con la primera gran expansión en el uso de este material en España,
después de las sentencias desfavorables a las compañías propietarias de las
patentes. La posibilidad de una construcción económica, rápida y segura fue
probablemente el motivo por el que el Ministerio de Fomento impuso el empleo
masivo de esta tecnología en la estación de Canfranc.
Publicidad del sistema
patentado Hennebique en España
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Sin embargo, la apuesta por
las nuevas tecnologías no significó en absoluto la adopción de un lenguaje
coherente con la técnica empleada. Mientras arquitectos como Auguste Perret introducían
en Francia un nuevo “style sans ornament”, radicalmente racional e indisociable
del material empleado, en la estación de Canfranc la estructura de hormigón se
enmascaró bajo un aparato ornamental ecléctico y afrancesado. Se optó por la
simulación del uso de una estructura de fábrica mediante la adición de
molduras, ménsulas, pináculos y
medallones con el malogrado fin de dignificar el edificio y adaptarlo a los
gustos conservadores del Directorio de Primo de Rivera.
A día de hoy, la ruina del
edificio, que poco a poco lo desnuda de sus ornamentos, puede poner en valor la
racionalidad de una estructura que es la verdadera valía de esta obra."
Ahora os voy a mostrar qué pasa si eres una persona curiosa, y te gusta investigar los
recovecos allá donde vas. Esto nos topamos al dar un rodeo y visitar
la parte de atrás de esta estación. Allí podrás encontrar verdaderos tesoros.
Como antiguos vagones de tren, llenos graffitis y asolados por una espesa maleza. Algunas fotos no le hacen justicia a lo que veía yo "in situ". Aún así, espero que os gusten.