UNA DOCENA DE FALSOS PREJUICIOS SOBRE LOS GALLEGOS
Nunca pensé que la gente pudiera
estar tan equivocada con los gallegos. Pero al venirme a vivir a Madrid fui
acumulando grandes joyas de la estupidez humana. No sé porque se han creado una
imagen tan distorsionada de nosotros. Tal vez hay alguna conspiración
judeomasónica para destruir a los irreductible celtas y yo no me he enterado.
En este post voy a desmitificar,
bajo mi humilde opinión, doce estigmas que llevamos los gallegos porque si.
1. El marisco: Pues no, no estamos todo el
día poniéndonos tibios de marisco. Ni todos los días nos largamos mariscadas
pantagruélicas, ni comemos pulpo a todas horas, como el que masca chicle. En Galicia se come
de todo, como en todas partes, y además, de una calidad excelente. El caso es
que los que no son gallegos piensan que una mariscada son dos patas de centolla
y unos berberechos. El marisco forma parte de nuestra dieta habitual; un día,
en cualquier hogar gallego, se pone en la mesa unos mejillones al vapor como
entrante o unas almejas a la marinera de primer plato. Pero las mariscadas
decadentes y como dios manda se hacen sólo en celebraciones o reuniones.
Marisco a rodar y albariño para anegar una cuidad. Ahí sí.
2. La queimada: queridos amigos, no se
puede ser tan obtuso. No todos los gallegos saben hacer una queimada, ni bailar
la muñeira. Eso no va en el ADN. ¿Acaso todos los vascos saben hacer un
marmitako? ¿O todos los valencianos una paella? Pero si algunos no saben ni donde
está la cocina…
3. Tristes: dicen que los gallegos somos
gente sombría y gris, aburridos y melancólicos… Puede que abunden más personas
con este tipo de comportamiento, que en lugar habitualmente soleado, como
Canarias, pero ¿cómo estarían ustedes con un clima abundantemente lluvioso y/o
frío, donde tienes que pasar gran parte del tiempo en casa metido? Se cortarían
las venas como mínimo. Ahora les voy a decir algo que, tal vez, no sepan, y les
pregunto: ¿conocen el Club de la Comedia o el tema de los monologuistas? Seguro
que sí. Pues muchos, y algunos de los mejores, son gallegos. Allá donde vamos
somos los reyes del mambo, los putos amos de la fiesta, los que a la hora de
salir nos tomamos a pecho el lema de los Inmortales: “Solo puede quedar uno”.
Pues ese uno que queda en pie tras una noche de juerga degenerada y etílica,
creedme, siempre será un galleg@.
4. Paletos:
anda que… esto me pone de una mala hostia… (y de esto sí que pecamos y nos
jactamos los gallegos, al menos esta). Cuando llegué a Madrid todo el mundo
pensaba que yo venía de las montañas, como Heidi, que íbamos todos con la boina
en la cabeza y la azada al hombro. Que todo eran prados y que vivíamos entre
las vacas. ¡Joder! Hay que ser ignorante y gañán para pensar eso a estas
alturas. Como no hay suficiente información a la acceder gratis para hacer una
consulta y sacarnos de nuestra infinita ignorancia… luego somos nosotros los de
“provincias”. Manda huevos…
Aquí una pequeña muestra de los “paletos”
más celebres gallegos:
- - Ramón María del Valle- Inclán: perteneció a la
generación del 98 y fue un autor clave en la literatura española del S. XX. Un gañán
impresentable.
- - Rosalía de Castro: una de las representantes del
Rexurdimento Galego, y precursora de la poesía moderna, junto a Bécquer. Una
paleta triste y llorona.
- - Torrente Ballester: Premio Nacional de
Literatura, Premio Cervantes, Premio Príncipe de Asturias. Profesor de Historia
Universal en la Escuela de Guerra Naval, en Madrid; invitado a ejercer en
la State University of New York… y lo mejor, ¡es de Ferrol, como yo! Otro
aldeano que bajó de las montañas.
- - Camilo José Cela: ¡Nah! Sólo decir que es el
puto Premio Nobel, una irrisoria nadería, creador de un nuevo estilo de
narrativa, el “Tremendismo” y que estuvo 45 años como académico de la lengua…
cosillas baladíes. Un malhablado y un ordinario, pardiez.
- - Concepción Arenal: pionera del movimiento feminista
en España, que con dos cojones se viste hombre para asistir como oyente a la
Facultad de Derecho en Madrid; primera mujer premiada en un concurso literario
de la Academia de Ciencia y Morales Políticas. Otra de Ferrol. Si es que somos
la hostia. Una aldeana marimacho.
- - Castelao, Wenceslao Fernández Flórez, Álvaro
Cunqueiro, Emilia Pardo Bazán, Curros Enríquez, Otero Pedrayo, Ramón Cabanillas,
Celso Emilio Ferreiro, Suso de Toro, Carlos Casares, Manuel Rivas… y por citar
algunos nombres de escritores gallegos, que ya ven, unos bárbaros ignorantes
que no aportaron nada a la humanidad…
5. Indecisos: esto no es de todo correcto.
No es indecisión. Lo que pasa es que tal vez le damos algunas vueltas a las
cosas, pero luego vamos a muerte con esa decisión. No elegimos o decidimos a la
ligera y luego a los dos días cambiamos de opinión. El no ser un “veleta” no
nos hace indecisos. Es que nosotros apechugamos con nuestras decisiones, para
bien o para mal. Puede que un gallego tarde mucho en decidir dónde va a colgar
un cuadro en su casa, pero ahí se va aquedar hasta el fin de los días. No llega
y lo pone en el primer sitio que ve, y a los dos días lo cambia, y así hasta
que tiene la pared como un puto colador.
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Centollas para cenar en casa de los abuelos |
6. Pachorrudos: mmmm… pues no veo yo nada
malo en esto. Y la verdad es que no es de todo cierto. Nosotros vivimos a
nuestro ritmo, sois vosotros, los demás, los que vivís acelerados. Siempre
corriendo para ir a todas partes, siempre con prisas… Tomen nota, y aprendan de
los maestros.
7. Cerveza: dicen que los gallegos sólo
bebemos Estrella Galicia. ¡PUES CLARO! ¡Somos celtas! ¡Somos gente ruda del
norte! Y bebemos en cuernos de toro, mientras damos grandes risotadas con nuestras
guturales voces, y nos peleamos a cuchillo por el último trozo de venado… a ver
si no vemos tantas películas, ¿eh?. La Estrella o la 1906 la prefiero mil veces
antes que beber el meado de burro ese que se bebe por ahí, creo que en Madrid
el orín de asno lo embotellan con una etiqueta que pone “Mahou”. En fin, otro
estigma que llevamos los gallegos encima. Lo que pasa es que estamos mal
acostumbrados a beber buena cerveza a buen precio. Esa diferencia de precio, en
las cervezas, se nota en la calidad y en el sabor. Hay un abismo entre un
botijo de orín… estooo de Mahou de 1 euro y pico, y una Grimbergen Óptimo Bruno,
de 6 pavazos. La Estrella Galicia lo tiene todo: buen sabor y buen precio. Y si
así fuera, eso de que sólo bebemos Estrella, lo estaríamos haciendo de puta
madre:
8. Supersticiosos: ¡No nos digáis eso que
da mala suerte! ¡JAJAJA! Vamos a ver ¿qué pueblo no es supersticioso? Deben
pararse a pensar esto: a Galicia todo llega tarde, todo. Y eso ha hecho que
nosotros hayamos vivido más tiempo en zonas donde no había electricidad, y eso
de andar por los caminos sin luz, da para inventar muchas cosas chungas. Yo
creo que esta es una de las razones por las que en Galicia tenemos tanta
mitología sobre bestias, brujas y seres mitológicos. Donde yo vivía, no hubo
alumbrado en la calle hasta que tuve unos 15 años (hace 20). Lo que tenemos es
mucha tradición y ustedes mucha envidia
cochina :P
9. Meigas: dicen que todas las mujeres
gallegas somos medio brujas. ¡Claro que sí, hombre! Todas sufrimos el síndrome
de “Panoramix” y en lugar de bolso llevamos una marmita colgada del brazo, y
vamos recogiendo hierbas por ahí con una mini hoz. Y cuando llegamos a casa hacemos pociones mágicas para
encontrar marido y desterrar el mal de ojo. ¡Ay! Santa paciencia… La
explicación es más sencilla: los hombres nos aman y las mujeres nos envidian,
porque somos tan guapas, simpáticas y listas que cualquier varón cae rendido a
nuestros pies. No es que sea por un sortilegio de amor, es que somos
encantadoras… y modestas ^_^ (y tenemos una retranca gallega que no podemos con
ella)
10. Respondemos con una pregunta: ¿Nosotros?
¿Seguro? ¿Quién dice eso? Respondemos con una pregunta cuando no nos hacen la
pregunta adecuada. ¿A dónde vas? ¿A ti que te importa? Si te lo quisiera decir
ya te lo hubiera dicho, cotilla de mierda. Así de sencillo.
11. Todos narcos: voy a acogerme al punto
número 10 y poner de manifiesto este prejuicio. “Todos los gallegos sois narcos
y contrabandistas”. Y yo les respondo con una pregunta: por esa regla de 3, los
de la costa de Andalucía ¿son todos traficantes de personas? Váyanse un poquito
al carajo.
12. Tontos: tontos… ya… y a mí entran ganas
de liarme a hostias con el personal. Tontos ¿porqué? Porque somos trabajadores
y no unos vagos de mierda; tontos porque somos gente y amigos fieles, leales y
aún sabemos que significa “honor”; tontos por tener educación y no mandar a
tomar por culo a alguien que nos incordia con su sola presencia o con sus
estúpidas preguntas; tontos por ser un pueblo afable y hospitalario con los
nuestros y con los de fuera (recuerden la tragedia del tren Madrid-Ferrol de
hace un mes); pues si es por todo eso,
SI, somos tontos, muuuuuuyyyy tontos.
La verdad es no sé cómo se han
llegado a crear tanto prejuicios sobre los gallegos y sobre todo negativos. Si
fuesen un poco más curiosos y mirasen más allá de sus narices o no se dejasen
influir por habladurías de gente cenutria, conocerían una frase que casi es
como definir a un gallego, la frase que hace que seamos, en contra de los cree
mucha gente, el pueblo más optimista del mundo: “Malo será”. Así que tomen
nota, y aprendan de los mejores, aprendan que nosotros siempre tenemos una
visión positiva de todo: “Keep calm, que malo será”.