POLONIA (I)
Mother of god! :O Soy una descastada, y no merezco vuestra
clemencia. En mi defensa diré que poco tiempo me queda entre pasarme todo el día
en el curro y gestionar sus perfiles de Twitter, Facebook y tal, para
escribir cositas nuevas en el SusiBlog ^_^ Este post llega con un pelín de
retraso. Aún así espero que lo disfrutéis igualmente.
En Agosto decidimos ir a visitar a un colega a su Polonia natal. Así que nos agenciamos unos billetes de avión y partimos rumbo a la Rzeczpospolita Polska, tierras que vieron nacer a personajes tan ilustres e importantes como Copérnico, Marie Curie o Chopin.
Estatua de Copérnico en Varsovia |
Salimos del aeropuerto de Madrid (hacía pocas semanas que
había estrenado su nuevo nombre: Adolfo Suárez Barajas) un día 7 de Agosto con
rumbo Cracovia (Kraków para los puristas, antigua capital de Polonia) donde nos esperaba nuestro polaco favorito Mateusz Mateusz. En
el viaje pudimos gozar (antes de quedarnos tronzadísmos en nuestros asientos) desde la ventanita del avión, cuando las nubes nos lo permitían, de la grandiosidad de la cordillera de los Cárpatos.
Sobre las 18:30 Llegamos a tierras bálticas y ya nos esperaba nuestro amigo en el Aeropuerto de Balice Juan Pablo II. Desde allí cogimos un bus que nos levó al centro de la ciudad.
Cracovia es una de las ciudades más antiguas y grandes de Polonia, y en el pasado fue el mayor centro económico, científico, y artístico del país. Ahora destaca por ser una de las ciudades más turísticas de Polonia.
Sobre las 18:30 Llegamos a tierras bálticas y ya nos esperaba nuestro amigo en el Aeropuerto de Balice Juan Pablo II. Desde allí cogimos un bus que nos levó al centro de la ciudad.
Cracovia es una de las ciudades más antiguas y grandes de Polonia, y en el pasado fue el mayor centro económico, científico, y artístico del país. Ahora destaca por ser una de las ciudades más turísticas de Polonia.
Nuestra primera parada en Cracovia fue en el casco antiguo, donde estaba anocheciendo ya; Matt (como le llamamos aquí) nos dijo que deberíamos empezar a disfrutar del zumo polaco de cebada, idea a la que nadie se opuso, of course. El
primer sitio donde arribamos era un barco-restaurante fondeado sobre las oscuras aguas del
río Wisla (yo me reía sola imaginado a un kraken emergiendo de las profundidades y arrasando el barco-bar donde bebía la gente plácidamente) un lugar muy para turistas, pero se estaba muy a gusto, pues la gente allí es bastante más civilizada y menos maleducada que en España y no hablan a gritos cuando están sentados en grupo bebiendo. Allí decidimos, mientras a lo
lejos sonaba “BOOOOMBAAA” de King África O_o (hecho de nos dejó estupefactos), que era un coñazo ir a dejar las maletas a
casa de Karol para luego volver, de nuevo, al centro. Así que nos pusimos unas sudaderas, que ya empezaba a refrescar y nos bebimos un par de pintas.
Al terminarl las cervezas, nuestro cicerone particular, decidió llevarnos al centro histórico de la ciudad. Fuimos arrastrando nuestras pequeñas maletas por las empedradas calles cracovianas buscando un lugar para llenar la andorga, coger fuerzas y sobrevivir a la dura noche cracoviana. En una pequeña terracita nos zampamos un kebab, que nada tiene que ver con la guarrería que nos dan aquí; y una vez terminado nuestro pequeño ágape, empezamos el tour nocturno por los garitos de Cracovia, bebiendo todo el veneno que Matt nos decía que teníamos por probar “porque allí era lo típico” (maldito bastardo XP).
La verdad es que nos lo pasamos muy bien probando las
cervezas del lugar, a 5 Zloty , que al cambio es un poco más de un euro, cielo
abierto para los grandes bebedores del lúpulo fermentado. Recuerdo que en uno de los
garitos, decorado con vigas y mesas de madera sin barnizar, simulando tasca
irlandesa, bebíamos tranquilamente nuestras cervezas, cuando comenzó
a sonar una melodía familiar: “Por la raaajaaa de tu falda…” Se hizo un silencio en nuestra
mesa, mientras nuestras miradas iban a los ojos de unos y otros en el grupo.
Rompí ese estado de shock con un golpe en la mesa:
Al terminarl las cervezas, nuestro cicerone particular, decidió llevarnos al centro histórico de la ciudad. Fuimos arrastrando nuestras pequeñas maletas por las empedradas calles cracovianas buscando un lugar para llenar la andorga, coger fuerzas y sobrevivir a la dura noche cracoviana. En una pequeña terracita nos zampamos un kebab, que nada tiene que ver con la guarrería que nos dan aquí; y una vez terminado nuestro pequeño ágape, empezamos el tour nocturno por los garitos de Cracovia, bebiendo todo el veneno que Matt nos decía que teníamos por probar “porque allí era lo típico” (maldito bastardo XP).
1/2 litro de cerveza a 5 Zloty |
Smoke Wawelski (Dragón de Wawel -Castillo de Wawel-) |
Bazylica de Mariacka - Iglesia gótica en la Plaza del Mercado |
Plaza del Mercado |
Una de las esquinas de la Catedral de Wawel |
Uniwersytet Jagielloński, donde estudió Copérnico |
Sukiennice - Antiguo centro de comercio internacional, Plaza del Mercado en el casco antiguo (Patrimonio de la UNESCO) |
- ¡Manda cojones! Venir a Polonia y tener que escuchar la
misma mierda que en España. ¡Que me devuelvan el dinero!
- Es que lo español lo peta aquí.- Sentenció Matt.
- Creo que fue peor lo de King áfrica de antes- Decía Aarón
sin sacar el hocico de su copa de cerveza.- A lo que los demás asentimos con la
cabeza, levantando los vasos de medio litro y brindando a nuestra salud.
Salimos de allí rumbo a otro antro donde seguir bebiendo,
con tan mala suerte que estaban cerrando ya. Viendo que poco quedaba que
hacer por allí, Matti nos comentó que debíamos coger un bus que nos llevaría a
casa de Karol. La fortuna no nos acompañó esta vez, pues ese bus pasaba cada hora. Fuimos callejeando hasta la parada, pero nosotros llegamos 2 min. tarde de la hora (improvisando como siempre, que se
note que somos españoles, ¡coño!).
Como teníamos una hora de espera hasta el siguiente bus, pillamos unas cervezas en una tienda que vendía veneno las 24 horas. Nos sentamos en el banco de un parque y empezamos a beber, mientras charlábamos y fumábamos. Al rato pasó una índigena del lugar por allí, con una botella de vodka de color piruleta en la mano. Se paró y se puso a hablar con Matt. Se dijeron una serie de cosas en polaco que luego nos tradujo nuestro amigo:
Como teníamos una hora de espera hasta el siguiente bus, pillamos unas cervezas en una tienda que vendía veneno las 24 horas. Nos sentamos en el banco de un parque y empezamos a beber, mientras charlábamos y fumábamos. Al rato pasó una índigena del lugar por allí, con una botella de vodka de color piruleta en la mano. Se paró y se puso a hablar con Matt. Se dijeron una serie de cosas en polaco que luego nos tradujo nuestro amigo:
- - ¿De dónde sois? - Preguntó la gemela de Kelly Osbourne
cuando era gorda y gótica.
- - Españoles. - Respondió Matt.
- - Mira, me han dado esta botella de vodka y no me
está gustando nada. ¿La queréis?
- - Prueba con unos indigentes que hay en la acera
de enfrente. - Le dice Matt señalando hacia nuestra derecha.
- - No tienes gracia tío- dijo ella medio enfadada- Te la estoy
regalando.
- - Pues muy bien. Me la quedaré a cambio de que
hagamos lo mismo que hacían los emperadores romanos: la vas a probar tú primero. – Sentenció
el polaco reclinándose hacia atrás en el banco y haciendo un gesto de llevarse
una botella a la boca.
Ella le dio un trago y nos la dejó a nuestros pies mientras iba
maldiciéndonos entre dientes. No podíamos para de reírnos. ¡Qué grande eres Matt! Decíamos
entre carcajadas, mientras nos doblábamos de la risa y nos agarrábamos nuestras
tripas buscando una bocanada de aire. Fue un epic win en toda regla.
Por fin llegó el bus, puntual como un reloj suizo, y nos
dirigimos hacia Wola Duchacka, barrio en las afueras de la ciudad, donde compartían piso Karol y
Karolina.
__________________________________________________________
Entramos en el piso, y mientras Matt hacía las presentaciones pertinentes nos descalzamos en la entrada del piso, como vimos que hacía nuestro
amigo. Nos presentó a Karolina, y nos dijo que Karol ya nos estaba esperando en Maniowy.
Nos sentamos en unos sofás en la habitación de la improvisada anfitriona, nos abrimos unas cervezas y unas bolsas de patatitas, mientras Matt hacía de traductor con su amiga, y nos explicaba en qué consistirían los siguientes días del viaje: iríamos hasta Nowy Targ, donde cogeríamos otro bus que, por fin, nos llevaría hasta Maniowy. Allí nos alojaríamos en una casa donde la dueña alquilaba las habitaciones, y ese emplazamiento sería nuestro cuartel general durante 3 días. De ahí retornaríamos a Cracovia, donde buscaríamos medio de locomoción que nos llevase a Varsovia. Allí nos daría cobijo Damien, otro buen amigo de Matt, mientras visitábamos la moderna captial polaca y reuníamos fuerza de voluntad para terminar nuestro viaje y regresar al terruño.
Nos sentamos en unos sofás en la habitación de la improvisada anfitriona, nos abrimos unas cervezas y unas bolsas de patatitas, mientras Matt hacía de traductor con su amiga, y nos explicaba en qué consistirían los siguientes días del viaje: iríamos hasta Nowy Targ, donde cogeríamos otro bus que, por fin, nos llevaría hasta Maniowy. Allí nos alojaríamos en una casa donde la dueña alquilaba las habitaciones, y ese emplazamiento sería nuestro cuartel general durante 3 días. De ahí retornaríamos a Cracovia, donde buscaríamos medio de locomoción que nos llevase a Varsovia. Allí nos daría cobijo Damien, otro buen amigo de Matt, mientras visitábamos la moderna captial polaca y reuníamos fuerza de voluntad para terminar nuestro viaje y regresar al terruño.
Pero todo este periplo lo dejo
para un siguiente post sobre Polska y tal:
POLONIA (II): Rumbo a Maniowy
No hay comentarios:
Publicar un comentario