EL VERMUT DE LOS DOMINGOS
Tras una noche de sábado, lloviendo a mares, donde en lugar de llamar a un taxi esperabas a que pasase Noé y tuviese hueco en su chalupa; el domingo siempre amanecía con un sol espléndido. Un sol perfecto para ir a una terracita a estar en modo vegetal, rehidratarte con más alcohol (por que no vas a beber agua, of course, por eso que dicen que es malo mezclar, hehehe) y vitaminarte con unas tapitas, para coger fuerzas y reptar hasta casa a comer la sopita de la abuela que lo cura todo.
Esos domingos cuando el rocío de la mañana huele a sal. Esos domingos donde te reúnes con los supervivientes de la juerga del día anterior y recomponeis la noche del sábado con los retazos que tiene cada uno en su, aún, etílico cerebro: ¿que estuvimos en dónde? ¿que vimos a quién? ¿que los chupitos eran de qué? PFFF!!! Por lo que expones tu teoría de que en ciertos momentos de la noche te habías teletransportado a otra dimensión a comprar tabaco...
¡Ay! Los domingos de resaca en F. ¡Qué tiempos!
Bendito Vermut, te reanima para toda la semana jijijiji
ResponderEliminarOh yeah!
ResponderEliminarjjj Solo de imaginarlo... que paz y diversión. Pues en madrid conformate con los míticos churros con choclate o las nuevas pizzas a 2 euros y después laaargos trayectos hasta tu morada... que cuando llegas no te da ganas ni de beber agua... -_-
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