QUE MALA ES LA ENVIDA
Como dijo Napoleón Bonaparte:
"LA ENVIDIA ES UNA DECLARACIÓN
DE INFERIORIDAD"
Queridos amigos:
Sí, lo sé. Y no tengo perdón: os tengo muy abandonados. No tenía muchas ganas de escribir, porque ando algo de bajón. Pero he de decir en mi defensa que tengo una historia que contaros. Y como no, es mala, y habla de la envidia.
Ya veis que no soy pesimista, ni ceniza, ni sufro de una personalidad negativa; pero hostia tras hostia, batacazo tras batacazo... no puedo ser o estar de otro modo, pues no puedo contar mucho bueno del trascurrir de mi vida, desde hace mucho. Mi mala suerte cuando cambia, es por que algo peor se avecina. O peor, que es cuando me llega algo bueno, empiezo a disfrutarlo, a salir del atolladero, a hacer planes etc; y cuando bajo la guardia y no me lo espero ¡ZASCA! Llega el hachazo. Lo pierdo todo de un plumazo. Como darle un caramelo a un niño y quitárselo luego. Así que, ya no sé que es peor. Si tener una mala suerte constante, o tener un golpe de buena suerte y luego llevarte la hostia, así, sin anestesia y sin poder defenderte... ya no sé...
Os voy a contar mi última batallita, porque son las risas. Menos mal que lo tomo así, porque si no... y luego la gente dice que tengo que ser positiva ¡cagoendios! Si no lo fuera, me habría rendido a la primera de cambio, y hoy no estaría aquí, ni me estarías leyendo ^_^
Bien, resulta que tras perder, injustamente, un muy buen trabajo en el club de pádel, pensé: bueno, termino el curso, hago las prácticas y a ver si puedo sacar algo de allí.
Empecé mis practicas en la empresa X. Una empresa que decide cuando empiezan las estaciones y la navidad en este país. No sé si se hacen cargo. No sé si les suena eso de: "Ya es primavera en ..." Pues eso. Una empresa súper seria y súper formal (ejem, ejem...), que me hizo un súper entrevista y me eligió entre más de 500 candidatos, para ser su esclavECARIA, becaría quería decir, perdón por el lápsus. Bien, pues llevaba allí una semana, más o menos, cuando, un buen día, mi jefe de sección me lleva al despacho del "jefazo" y allí, entre los dos - pin pan - mano a mano, empiezan a echarme una bronca del copón de la baraja. Yo estaba allí callada sin entender nada, escuchando atónita y con cara de ladrillo, lo que me decía el tío con muy malas maneras. Un ataque en toda regla.
- Me han dicho que andas perdiendo el tiempo, que no estás aprendiendo nada.
- Le han dicho... aham...¿y ha corroborado usted esa información?
- ¡No me hace falta! ¡Me lo han dicho y punto! - dijo mientras daba un sonoro golpe en la mesa y se echaba hacia delante en la mesa, como para acojonarme - (pobre infeliz)
- Pues, yo creo que no es así. Llevo todos estos días trabajando con mis compañeros y aprendiendo mucho.
- Eso no es lo que me han dicho.
- Ya...
Como no entendía muy bien a qué venía ese ataque gratuito pregunté que porqué se me estaba echando esa bronca, a lo que me respondió el notas:
- ¿Crees que esto es una bronca? ¿quieres saber lo que es una buena bronca? ¡Pues te voy a mandar al jefe de personal para que sepas lo que es una buena bronca!
O_O WTF?
Mandar a un alumno a personal... Suerte tuviste, imbécil, de no tener ganas de lío y decirte: "sí, claro, venga, vamos" Que le voy a contar cómo estás tratando a una persona en prácticas, puto retrasado. Así que, ante tal amenaza, decidí defenderme. Creo que al jefe no le sentó muy bien tener en frente a alguien que le diese una réplica, educada y con argumentos (no como él, que se había puesto como un energúmeno y decía cosas incongruentes e inconexas), y comenzó a enervarse más y más; pues mis argumentos eran irrefutables. Y como veía que, por supuesto, quería tener la última palabra, se la concedí, porque yo estaba empezando a perder la paciencia, y también iba a perder las formas, pues se me estaban hinchando las narices, por no decir los cojones... Se zanjó la conversación.
Salimos del despacho, y empiezan a atacarme los curritos de la sección donde estaba yo de alumna: que si ya me vale, que si sabes la mala imagen que estaba dando, que si hostias en vinagre... Al ver el ambiente, y cómo me hablaba cierta persona, sumé 1+1. "Hija de puta", pensé para mis adentros. Ahí estás, maldita chivata. Resulta que tu soberbia y tu incontenible verborrea te han delatado, pardilla... Una compañera, de la que intenté aprender algo, pero me fue imposible, pues era la típica compi súper guay y súper amable que te lo explica todo muy rápido para que no te enteres de nada; por lo que decidí elegir a otras personas para ir aprendiendo el método de trabajo de esa empresa. Y "parece ser" que no le sentó muy bien. Maldita zorra envidiosa. Envidiosa de que yo hubiese entrado con buen pie, de haber caído en gracia a la gente, de ser lista y aprender rápido, de que los tíos se divirtieran conmigo mientras me enseñaban, y ¿por qué no? por estar más buena que ella (disculpad mi poca modestia) Una actitud muy adulta...
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| Y las mías son verdad, así que, ¡doble envidia! |
Esto fue un viernes. El lunes llego, con mi mejor cara y mi mejor sonrisa dando los buenos días a todo el mundo; veo que nadie me saluda, que nadie me habla, y que el ordenador donde trabajaba no funciona. Así que ese día me pasé 8 horas sentada mirando una pantalla apagada de un ordenador y sin hablar con nadie. Genial, ¿no? Al día siguiente, más de lo mismo. Esto se alargó durante varias semanas. Así que decidí tomar cartas en el asunto, ya que nadie a quien recurrí me daba una solución, por lo que decidí echarle un par y renunciar. Creo que estar así durante un año no iba a ser muy productivo. Además, un lugar donde gente adulta se deja manipular cual títere, sin tener un criterio propio, no me placía en demasía, ya que era imposible que todos allí pensasen de ese modo: que yo había estado perdiendo el tiempo todos esos días.
La historia da para mucho más, pero tampoco me voy a extender miles de líneas en contar todos los pormenores, porque este post sería harto tedioso.
Esto fue a grandes rasgos mi última, fascinante y positiva intervención en el mundo laboral. Sufrir "mobbing". Pues mira, otra experiencia.
Así que a todos aquellos que me repiten siempre que tenga paciencia, que sea más optimista, que las malas rachas pasan y que llegan rachas mejores les digo desde el cariño que desde la barrera todo se ve de puta madre y que dar consejos es muy fácil. Pero creo que cualquiera en esa situación habría pedido una baja por depresión o ansiedad, situación donde yo me sentía importante y poderosa (pues necesitaron 8 personas y una autoridad para echarme de allí) y me daba la risa al ver tanto botarate junto en escasos 10 m. cuadrados. Así que no hablen de echar huevos a los problemas y crecerse en las adversidades, porque en eso puedo decir que me llevo la puta medalla de oro y el récord nacional, el europeo, el del mundo y, si me apuráis, el del universo.
Sí, ya sé que es para animarme, pero no funciona. Gracias, pero no se esfuercen más. Este gafe no tiene explicación, y punto. Los que me conocéis sabéis que soy una persona que se rompe los cuernos en todo lo que hace, aunque sea el trabajo más mierda y miserable del mundo. Siempre lo doy todo, y sólo recibo hostias. Pero mientras estaba allí, siendo ignorada por tod@s, me reía por dentro y sonreía por fuera, al ver a una panda de gente adulta comportándose como auténticos niños de 5 años amedrentados por el lobo feroz. Si no me querían allí no hacía falta montar ese circo...
