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domingo, 29 de septiembre de 2013

HISTORIA DE UN UNICORNIO


Eráse una vez un unicornio 
que una noche fue raptado,
por un par de brujas y
tres pérfidos corsarios.





Un extraño brebaje 
le dieron a probar
y el indefenso unicornio
empezó a alucinar.








Equilibrios sobre un pivote
le obligaron a a hacer
y en un contenedor de reciclaje
sintió perecer.






























En el suelo fue arrojado
y en la sombra
de una entrepierna
fue fotografiado.






En un cheslong
lo dejaron descansar
y al excusado 
fue llevado a mingitar.










Refrescó su boca 
con enjuague bucal,
para salir luego a la calle 
a forrajear.
































Unas caladas de un cigarro
fumó obligado,
se le subió a la cabeza y empezó a relinchar: 
¡está prohibido ser tan guapo!


















Vació una caja entera 
de cerveza,
y creyó poder mimetizarse 
con la naturaleza.































Intentó huir en bus 
de sus captores,
y viendo que no llegaba
pidió un taxi con un llamada.































En estas recordó que
 no lo necesitaba,
al ver su moto 
en la acera aparcada.








¡El parkimetro! Recordó.
Al cajero lo llevaron 
y dinero sacó.






******************************************************************




Sus captores a un antro 
de perversión lo llevaron,
pero antes de entrar 
columpiarse le dejaron.








Mil mejunjes 
le dieron a beber,
y en el vientre de un cachalote 
soñó perecer.







El unicornio quería escaparse,
pero sus captores frustraron su chance.
"Canta algo que nos anime,
y permitiremos que seas libre".



























Tan genial fue la melodía,
que sus captores lo soltaron
con la primera luz 
del nuevo día.








Galopó por Plaza Castilla,
en busca de su amada
y allí se reunió, por fin,
con su dueña: la Reina Laura.























Esta es la historia de un unicornio,
que vivió más en una noche
que cualquiera de su especie,
que sólo se dedican a dar coces.













domingo, 15 de septiembre de 2013

HAY QUE SER HIJA DE PUTA


Pues eso. Que hay que ser muy zorra, o no haber trabajado en tu puta vida para hacer el comentario, que ahora les voy a relatar. Esto lo iba a poner en un twit, pero no me llegaban 140 caracteres para explicar el hijoputismo que padecen algunas personas.

El sábado por la mañana quedé para tomar el café con una amiga. Charlamos de qué tal le iba en su nuevo trabajo. Llevaba una semana currando en un centro de estética en la zona del Barrio de Salamanca. El caso es que me está contando que para ir "vendiéndola" a las clientas, su jefa estuvo un mes antes hablando de ella: que se iba a incorporar una chica nueva, que antes estaba en un clínica de cirugía estética, que era muy buena haciendo tratamientos, que controlaba mucho de cosmética, aromaterapia... y tal y cual. 

Hasta aquí todo normal. Hasta que mi amiga Rachel, me dice: ¿y sabes que le dijo la clienta? : "Pues si fuera tan buena no estaría en paro." ¿¿¿QUEEEEEE??? Me quedé a cuadros... 

Y eso fue lo primero que le dije:  hay que ser hija de puta... A lo que ella sonrió mientras le daba un sorbo al café. - Pues si, eso dijo. Y esa es la clase de gente que voy a tener que aguantar. Pero bueno, un curro es un curro - Y seguimos charlando de otras cosas. 

Estuve todo el día indignada, bueno, todavía sigo indignada. ¿Cómo cojones puede haber gente tan obtusa y tan hija de puta por el mundo adelante? Hay que ser muy zorra y retorcida para pensar eso. Yo, y cualquier persona con un poco de corazón, pensaría que si alguien lleva un tiempo en paro es porque ha tenido mala suerte o porque, como en el caso de mi amiga, tenía una jefa que era otra hija de la gran puta, que le hizo la vida imposible hasta que mi amiga le dijo: me voy y ahí te quedas.

Que asco de país, la virgen santa. Mierda de trabajos, mierda de contratos, mierda de leyes que no protegen al trabajador, pero que sí amparan al empresario déspota y negrero para que haga lo que les de la realísima gana, mientras los currantes tenemos que pasar por el aro, decir a todo que si y sonreir a clientas tan asquerosas como la que os acabo de describir, que alegría, que alboroto...

Desde aquí todo mi ánimo a mi amiga Rachel que, aunque ha tenido la suerte de encontrar un curro, tendrá que aguantar a esas zorras estiradas que se creen lo mejorcito del mundo, y que los currantes somos escoria. 

¿Trabajar? Trabajar es de mal gusto. Eso está muy bien para el que le guste. Eso he oído yo con estas orejitas a otra subnormal de turno. Hay que ser hija de puta...








miércoles, 11 de septiembre de 2013

UNA DOCENA DE FALSOS PREJUICIOS SOBRE LOS GALLEGOS


Nunca pensé que la gente pudiera estar tan equivocada con los gallegos. Pero al venirme a vivir a Madrid fui acumulando grandes joyas de la estupidez humana. No sé porque se han creado una imagen tan distorsionada de nosotros. Tal vez hay alguna conspiración judeomasónica para destruir a los irreductible celtas y yo no me he enterado.

En este post voy a desmitificar, bajo mi humilde opinión, doce estigmas que llevamos los gallegos porque si.

    1. El marisco: Pues no, no estamos todo el día poniéndonos tibios de marisco. Ni todos los días nos largamos mariscadas pantagruélicas, ni comemos pulpo a todas horas,  como el que masca chicle. En Galicia se come de todo, como en todas partes, y además, de una calidad excelente. El caso es que los que no son gallegos piensan que una mariscada son dos patas de centolla y unos berberechos. El marisco forma parte de nuestra dieta habitual; un día, en cualquier hogar gallego, se pone en la mesa unos mejillones al vapor como entrante o unas almejas a la marinera de primer plato. Pero las mariscadas decadentes y como dios manda se hacen sólo en celebraciones o reuniones. Marisco a rodar y albariño para anegar una cuidad. Ahí sí.

     2.  La queimada: queridos amigos, no se puede ser tan obtuso. No todos los gallegos saben hacer una queimada, ni bailar la muñeira. Eso no va en el ADN. ¿Acaso todos los vascos saben hacer un marmitako? ¿O todos los valencianos una paella? Pero si algunos no saben ni donde está la cocina…

    3. Tristes: dicen que los gallegos somos gente sombría y gris, aburridos y melancólicos… Puede que abunden más personas con este tipo de comportamiento, que en lugar habitualmente soleado, como Canarias, pero ¿cómo estarían ustedes con un clima abundantemente lluvioso y/o frío, donde tienes que pasar gran parte del tiempo en casa metido? Se cortarían las venas como mínimo. Ahora les voy a decir algo que, tal vez, no sepan, y les pregunto: ¿conocen el Club de la Comedia o el tema de los monologuistas? Seguro que sí. Pues muchos, y algunos de los mejores, son gallegos. Allá donde vamos somos los reyes del mambo, los putos amos de la fiesta, los que a la hora de salir nos tomamos a pecho el lema de los Inmortales: “Solo puede quedar uno”. Pues ese uno que queda en pie tras una noche de juerga degenerada y etílica, creedme, siempre será un galleg@.

     4Paletos: anda que… esto me pone de una mala hostia… (y de esto sí que pecamos y nos jactamos los gallegos, al menos esta). Cuando llegué a Madrid todo el mundo pensaba que yo venía de las montañas, como Heidi, que íbamos todos con la boina en la cabeza y la azada al hombro. Que todo eran prados y que vivíamos entre las vacas. ¡Joder! Hay que ser ignorante y gañán para pensar eso a estas alturas. Como no hay suficiente información a la acceder gratis para hacer una consulta y sacarnos de nuestra infinita ignorancia… luego somos nosotros los de “provincias”. Manda huevos…

Aquí una pequeña muestra de los “paletos” más celebres gallegos:

-      Ramón María del Valle- Inclán: perteneció a la generación del 98 y fue un autor clave en la literatura española del S. XX. Un gañán impresentable.
-      - Rosalía de Castro: una de las representantes del Rexurdimento Galego, y precursora de la poesía moderna, junto a Bécquer. Una paleta triste y llorona.
-     Torrente Ballester: Premio Nacional de Literatura, Premio Cervantes, Premio Príncipe de Asturias. Profesor de Historia Universal en la Escuela de Guerra Naval, en Madrid; invitado a ejercer en la State University of New York… y lo mejor, ¡es de Ferrol, como yo! Otro aldeano que bajó de las montañas.
-    Camilo José Cela: ¡Nah! Sólo decir que es el puto Premio Nobel, una irrisoria nadería, creador de un nuevo estilo de narrativa, el “Tremendismo” y que estuvo 45 años como académico de la lengua… cosillas baladíes. Un malhablado y un ordinario, pardiez.
-    Concepción Arenal: pionera del movimiento feminista en España, que con dos cojones se viste hombre para asistir como oyente a la Facultad de Derecho en Madrid; primera mujer premiada en un concurso literario de la Academia de Ciencia y Morales Políticas. Otra de Ferrol. Si es que somos la hostia. Una aldeana marimacho.
-    - Castelao, Wenceslao Fernández Flórez, Álvaro Cunqueiro, Emilia Pardo Bazán, Curros Enríquez, Otero Pedrayo, Ramón Cabanillas, Celso Emilio Ferreiro, Suso de Toro, Carlos Casares, Manuel Rivas… y por citar algunos nombres de escritores gallegos, que ya ven, unos bárbaros ignorantes que no aportaron nada a la humanidad…

    5Indecisos: esto no es de todo correcto. No es indecisión. Lo que pasa es que tal vez le damos algunas vueltas a las cosas, pero luego vamos a muerte con esa decisión. No elegimos o decidimos a la ligera y luego a los dos días cambiamos de opinión. El no ser un “veleta” no nos hace indecisos. Es que nosotros apechugamos con nuestras decisiones, para bien o para mal. Puede que un gallego tarde mucho en decidir dónde va a colgar un cuadro en su casa, pero ahí se va aquedar hasta el fin de los días. No llega y lo pone en el primer sitio que ve, y a los dos días lo cambia, y así hasta que tiene la pared como un puto colador.


Centollas para cenar en casa de los abuelos


     6. Pachorrudos: mmmm… pues no veo yo nada malo en esto. Y la verdad es que no es de todo cierto. Nosotros vivimos a nuestro ritmo, sois vosotros, los demás, los que vivís acelerados. Siempre corriendo para ir a todas partes, siempre con prisas… Tomen nota, y aprendan de los maestros.

    7. Cerveza: dicen que los gallegos sólo bebemos Estrella Galicia. ¡PUES CLARO! ¡Somos celtas! ¡Somos gente ruda del norte! Y bebemos en cuernos de toro, mientras damos grandes risotadas con nuestras guturales voces, y nos peleamos a cuchillo por el último trozo de venado… a ver si no vemos tantas películas, ¿eh?. La Estrella o la 1906 la prefiero mil veces antes que beber el meado de burro ese que se bebe por ahí, creo que en Madrid el orín de asno lo embotellan con una etiqueta que pone “Mahou”. En fin, otro estigma que llevamos los gallegos encima. Lo que pasa es que estamos mal acostumbrados a beber buena cerveza a buen precio. Esa diferencia de precio, en las cervezas, se nota en la calidad y en el sabor. Hay un abismo entre un botijo de orín… estooo de Mahou de 1 euro y pico, y una Grimbergen Óptimo Bruno, de 6 pavazos. La Estrella Galicia lo tiene todo: buen sabor y buen precio. Y si así fuera, eso de que sólo bebemos Estrella, lo estaríamos haciendo de puta madre:


     8. Supersticiosos: ¡No nos digáis eso que da mala suerte! ¡JAJAJA! Vamos a ver ¿qué pueblo no es supersticioso? Deben pararse a pensar esto: a Galicia todo llega tarde, todo. Y eso ha hecho que nosotros hayamos vivido más tiempo en zonas donde no había electricidad, y eso de andar por los caminos sin luz, da para inventar muchas cosas chungas. Yo creo que esta es una de las razones por las que en Galicia tenemos tanta mitología sobre bestias, brujas y seres mitológicos. Donde yo vivía, no hubo alumbrado en la calle hasta que tuve unos 15 años (hace 20). Lo que tenemos es mucha tradición y ustedes  mucha envidia cochina :P

     9. Meigas: dicen que todas las mujeres gallegas somos medio brujas. ¡Claro que sí, hombre! Todas sufrimos el síndrome de “Panoramix” y en lugar de bolso llevamos una marmita colgada del brazo, y vamos recogiendo hierbas por ahí con una mini hoz. Y cuando llegamos  a casa hacemos pociones mágicas para encontrar marido y desterrar el mal de ojo. ¡Ay! Santa paciencia… La explicación es más sencilla: los hombres nos aman y las mujeres nos envidian, porque somos tan guapas, simpáticas y listas que cualquier varón cae rendido a nuestros pies. No es que sea por un sortilegio de amor, es que somos encantadoras… y modestas ^_^ (y tenemos una retranca gallega que no podemos con ella)

    10. Respondemos con una pregunta: ¿Nosotros? ¿Seguro? ¿Quién dice eso? Respondemos con una pregunta cuando no nos hacen la pregunta adecuada. ¿A dónde vas? ¿A ti que te importa? Si te lo quisiera decir ya te lo hubiera dicho, cotilla de mierda. Así de sencillo.

    11. Todos narcos: voy a acogerme al punto número 10 y poner de manifiesto este prejuicio. “Todos los gallegos sois narcos y contrabandistas”. Y yo les respondo con una pregunta: por esa regla de 3, los de la costa de Andalucía ¿son todos traficantes de personas? Váyanse un poquito al carajo.

    12. Tontos: tontos… ya… y a mí entran ganas de liarme a hostias con el personal. Tontos ¿porqué? Porque somos trabajadores y no unos vagos de mierda; tontos porque somos gente y amigos fieles, leales y aún sabemos que significa “honor”; tontos por tener educación y no mandar a tomar por culo a alguien que nos incordia con su sola presencia o con sus estúpidas preguntas; tontos por ser un pueblo afable y hospitalario con los nuestros y con los de fuera (recuerden la tragedia del tren Madrid-Ferrol de hace un mes);  pues si es por todo eso, SI, somos tontos, muuuuuuyyyy tontos.

La verdad es no sé cómo se han llegado a crear tanto prejuicios sobre los gallegos y sobre todo negativos. Si fuesen un poco más curiosos y mirasen más allá de sus narices o no se dejasen influir por habladurías de gente cenutria, conocerían una frase que casi es como definir a un gallego, la frase que hace que seamos, en contra de los cree mucha gente, el pueblo más optimista del mundo: “Malo será”. Así que tomen nota, y aprendan de los mejores, aprendan que nosotros siempre tenemos una visión positiva de todo: “Keep calm, que malo será”.