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domingo, 15 de septiembre de 2013

HAY QUE SER HIJA DE PUTA


Pues eso. Que hay que ser muy zorra, o no haber trabajado en tu puta vida para hacer el comentario, que ahora les voy a relatar. Esto lo iba a poner en un twit, pero no me llegaban 140 caracteres para explicar el hijoputismo que padecen algunas personas.

El sábado por la mañana quedé para tomar el café con una amiga. Charlamos de qué tal le iba en su nuevo trabajo. Llevaba una semana currando en un centro de estética en la zona del Barrio de Salamanca. El caso es que me está contando que para ir "vendiéndola" a las clientas, su jefa estuvo un mes antes hablando de ella: que se iba a incorporar una chica nueva, que antes estaba en un clínica de cirugía estética, que era muy buena haciendo tratamientos, que controlaba mucho de cosmética, aromaterapia... y tal y cual. 

Hasta aquí todo normal. Hasta que mi amiga Rachel, me dice: ¿y sabes que le dijo la clienta? : "Pues si fuera tan buena no estaría en paro." ¿¿¿QUEEEEEE??? Me quedé a cuadros... 

Y eso fue lo primero que le dije:  hay que ser hija de puta... A lo que ella sonrió mientras le daba un sorbo al café. - Pues si, eso dijo. Y esa es la clase de gente que voy a tener que aguantar. Pero bueno, un curro es un curro - Y seguimos charlando de otras cosas. 

Estuve todo el día indignada, bueno, todavía sigo indignada. ¿Cómo cojones puede haber gente tan obtusa y tan hija de puta por el mundo adelante? Hay que ser muy zorra y retorcida para pensar eso. Yo, y cualquier persona con un poco de corazón, pensaría que si alguien lleva un tiempo en paro es porque ha tenido mala suerte o porque, como en el caso de mi amiga, tenía una jefa que era otra hija de la gran puta, que le hizo la vida imposible hasta que mi amiga le dijo: me voy y ahí te quedas.

Que asco de país, la virgen santa. Mierda de trabajos, mierda de contratos, mierda de leyes que no protegen al trabajador, pero que sí amparan al empresario déspota y negrero para que haga lo que les de la realísima gana, mientras los currantes tenemos que pasar por el aro, decir a todo que si y sonreir a clientas tan asquerosas como la que os acabo de describir, que alegría, que alboroto...

Desde aquí todo mi ánimo a mi amiga Rachel que, aunque ha tenido la suerte de encontrar un curro, tendrá que aguantar a esas zorras estiradas que se creen lo mejorcito del mundo, y que los currantes somos escoria. 

¿Trabajar? Trabajar es de mal gusto. Eso está muy bien para el que le guste. Eso he oído yo con estas orejitas a otra subnormal de turno. Hay que ser hija de puta...








2 comentarios:

  1. Peor para ella, para la clienta quiero decir, la de cosas que se perderá con ese ángulo de visión.

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  2. Eso es cierto. Tal vez un día no vea venir la hostia que le pueda dar alguien por algún otro comentario similar a este. Si eres tan espabilada, ¿cómo no la viste venir? ¡¡¡JAJAJAJA!!!
    Gracias por comentar en mi blog.

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