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martes, 7 de abril de 2015

POLONIA (I)

Mother of god! :O Soy una descastada, y no merezco vuestra clemencia. En mi defensa diré que poco tiempo me queda entre pasarme todo el día en el curro y gestionar sus perfiles de Twitter, Facebook y tal, para escribir cositas nuevas en el SusiBlog ^_^ Este post llega con un pelín de retraso. Aún así espero que lo disfrutéis igualmente.

En Agosto decidimos ir a visitar a un colega a su Polonia natal. Así que nos agenciamos unos billetes de avión y partimos rumbo a la Rzeczpospolita Polskatierras que vieron nacer a personajes tan ilustres e importantes como Copérnico, Marie Curie o Chopin. 




Estatua de Copérnico en Varsovia



Salimos del aeropuerto de Madrid (hacía pocas semanas que había estrenado su nuevo nombre: Adolfo Suárez Barajas) un día 7 de Agosto con rumbo Cracovia (Kraków para los puristas, antigua capital de Polonia) donde nos esperaba nuestro polaco favorito Mateusz Mateusz.  En el viaje pudimos gozar (antes de quedarnos tronzadísmos en nuestros asientos) desde la ventanita del avión, cuando las nubes nos lo permitían, de la grandiosidad de la cordillera de los Cárpatos.

Sobre las 18:30 Llegamos a tierras bálticas y ya nos esperaba nuestro amigo en el Aeropuerto de Balice Juan Pablo II. Desde allí cogimos un bus que nos levó al centro de la ciudad. 
Cracovia es una de las ciudades más antiguas y grandes de Polonia, y en el pasado fue el mayor centro económico, científico, y artístico del país. Ahora destaca por ser una de las ciudades más turísticas de Polonia.
































Matti (como lo llaman allí todos los colegas) lo tenía todo planeado y esa noche pernoctaríamos en Cracovia, en casa de unos amigos que compartían piso en las afueras de la ciudad, para coger fuerzas e iniciar el viaje que nos llevaría a Maniowy, un pueblecito de montaña a unos 100 km. de la antigua capital polaca. Allí pasaríamos unos día disfrutando de los paisajes de montaña, de las vistas y del aire puro. Después retornaríamos a Cracovia y desde allí tomaríamos rumbo a la capital: Varsovia. Una vez allí, turistearíamos un par de días y de allí de nuevo a Madrid. Un plan pulcro y sin fisuras, como el carácter polaco ;-)

Nuestra primera parada en Cracovia fue en el casco antiguo, donde estaba anocheciendo ya; Matt (como le llamamos aquí) nos dijo que deberíamos empezar a disfrutar del zumo polaco de cebada, idea a la que nadie se opuso, of course. El primer sitio donde arribamos era un barco-restaurante fondeado sobre las oscuras aguas del río Wisla (yo me reía sola imaginado a un kraken emergiendo de las profundidades y arrasando el barco-bar donde bebía la gente plácidamente) un lugar muy para turistas, pero se estaba muy a gusto, pues la gente allí es bastante más civilizada y menos maleducada que en España y no hablan a gritos cuando están sentados en grupo bebiendo. Allí decidimos, mientras a lo lejos sonaba “BOOOOMBAAA” de King África O_o (hecho de nos dejó estupefactos), que era un coñazo ir a dejar las maletas a casa de Karol para luego volver, de nuevo, al centro. Así que nos pusimos unas sudaderas, que ya empezaba a refrescar y nos bebimos un par de pintas.

Al terminarl las cervezas, nuestro cicerone particular, decidió llevarnos al centro histórico de la ciudad. Fuimos arrastrando nuestras pequeñas maletas por las empedradas calles cracovianas buscando un lugar para llenar la andorga, coger fuerzas y sobrevivir a la dura noche cracoviana.  En una pequeña terracita nos zampamos un kebab, que nada tiene que ver con la guarrería que nos dan aquí; y una vez terminado nuestro pequeño ágape, empezamos el tour nocturno por los garitos de Cracovia, bebiendo todo el veneno que Matt nos decía que teníamos por probar “porque allí era lo típico” (maldito bastardo XP).





1/2 litro de cerveza a 5 Zloty
Smoke Wawelski (Dragón de Wawel -Castillo de Wawel-)
Bazylica de Mariacka - Iglesia gótica en la Plaza del Mercado
Plaza del Mercado



Una de las esquinas de la Catedral de Wawel
Uniwersytet Jagielloński, donde estudió Copérnico


Sukiennice - Antiguo centro de comercio internacional, Plaza del Mercado en el casco antiguo (Patrimonio de la UNESCO)



La verdad es que nos lo pasamos muy bien probando las cervezas del lugar, a 5 Zloty , que al cambio es un poco más de un euro, cielo abierto para los grandes bebedores del lúpulo fermentado. Recuerdo que en uno de los garitos, decorado con vigas y mesas de madera sin barnizar, simulando tasca irlandesa, bebíamos tranquilamente nuestras cervezas, cuando comenzó a sonar una melodía familiar: “Por la raaajaaa de  tu falda…” Se hizo un silencio en nuestra mesa, mientras nuestras miradas iban a los ojos de unos y otros en el grupo. Rompí ese estado de shock con un golpe en la mesa:

- ¡Manda cojones! Venir a Polonia y tener que escuchar la misma mierda que en España. ¡Que me devuelvan el dinero!
- Es que lo español lo peta aquí.- Sentenció Matt.
- Creo que fue peor lo de King áfrica de antes- Decía Aarón sin sacar el hocico de su copa de cerveza.- A lo que los demás asentimos con la cabeza, levantando los vasos de medio litro y brindando a nuestra salud.


Salimos de allí rumbo a otro antro donde seguir bebiendo, con tan mala suerte que estaban cerrando ya. Viendo que poco quedaba que hacer por allí, Matti nos comentó que debíamos coger un bus que nos llevaría a casa de Karol. La fortuna no nos acompañó esta vez, pues ese bus pasaba cada hora. Fuimos callejeando hasta la parada, pero nosotros llegamos 2 min. tarde de la hora (improvisando como siempre, que se note que somos españoles, ¡coño!). 
Como teníamos una hora de espera hasta el siguiente bus, pillamos unas cervezas en una tienda que vendía veneno las 24 horas. Nos sentamos en el banco de un parque y empezamos a beber, mientras charlábamos y fumábamos. Al rato pasó una índigena del lugar por allí, con una botella de vodka de color piruleta en la mano. Se paró y se puso a hablar con Matt. Se dijeron una serie de cosas en polaco que luego nos tradujo nuestro amigo:

-       - ¿De dónde sois? - Preguntó la gemela de Kelly Osbourne cuando era gorda y gótica.
-       - Españoles. - Respondió Matt.
-       - Mira, me han dado esta botella de vodka y no me está gustando nada. ¿La queréis?
-       - Prueba con unos indigentes que hay en la acera de enfrente. - Le dice Matt señalando hacia nuestra derecha.
-       -  No tienes gracia tío-  dijo ella medio enfadada- Te la estoy regalando.
-     - Pues muy bien. Me la quedaré a cambio de que hagamos lo mismo que hacían los  emperadores romanos: la vas a probar tú primero. – Sentenció el polaco reclinándose hacia atrás en el banco y haciendo un gesto de llevarse una botella a la boca.

Ella le dio un trago y nos la dejó a nuestros pies mientras iba maldiciéndonos entre dientes. No podíamos para de reírnos. ¡Qué grande eres Matt! Decíamos entre carcajadas, mientras nos doblábamos de la risa y nos agarrábamos nuestras tripas buscando una bocanada de aire. Fue un epic win en toda regla. 

Por fin llegó el bus, puntual como un reloj suizo, y nos dirigimos hacia Wola Duchacka, barrio en  las afueras de la ciudad, donde compartían piso Karol y Karolina. 



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Entramos en el piso, y mientras Matt hacía las presentaciones pertinentes nos descalzamos en la entrada del piso, como vimos que hacía nuestro amigo. Nos presentó a Karolina, y nos dijo que Karol ya nos estaba esperando en Maniowy. 
Nos sentamos en unos sofás en la habitación de la improvisada anfitriona, nos abrimos unas cervezas y unas bolsas de patatitas, mientras Matt hacía de traductor con su amiga, y nos explicaba en qué consistirían los siguientes días del viaje: iríamos hasta Nowy Targ, donde cogeríamos otro bus que, por fin, nos llevaría hasta Maniowy. Allí nos alojaríamos en una casa donde la dueña alquilaba las habitaciones, y ese emplazamiento sería nuestro cuartel general durante 3 días. De ahí retornaríamos a Cracovia, donde buscaríamos medio de locomoción que nos llevase a Varsovia. Allí nos daría cobijo Damien, otro buen amigo de Matt, mientras visitábamos la moderna captial polaca y reuníamos fuerza de voluntad para terminar nuestro viaje y regresar al terruño.


 Pero todo este periplo lo dejo para un siguiente post  sobre Polska y tal:





 POLONIA (II): Rumbo a Maniowy













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