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domingo, 20 de enero de 2013

INCREIBLE, PERO CIERTO


(fuente: mancia.org )
Aún queda gente buena en el mundo. Increíble pero cierto.
Hace un par de días me llamaron para hacer una entrevista de trabajo. Era a las 10 y pico de la mañana. Me levanté a las 7 y media, pues vivo a tomar por culo de cualquier sitio civilizado, y tengo que coger 3 tipos distintos de transporte urbano para llegar a cualquier parte (bus, tren y metro), y no me toca coger un ferry porque no hay mar, que si no... Bueno, el caso es que esa mañana me levanté con la espalda en unos 45º,vamos, doblada cual carcamal artrítico. Menuda faena, pienso. Pero no me puedo echar atrás. Finalmente le eché cojones, me puse guapa y salí por la puerta. Mirada tras mirada a mi paso fui coleccionando, pero nadie decía nada. Llego pronto y me tomo un café. Da la hora y subo al piso. Entro y le sonrío a la secretaria, le doy mi curriculum, y me siento. Mantengo el tipo en toda la entrevista y salgo toda digna por la puerta (bueno, todo lo dignamente que me permitía mi postura de Igor, pronúnciese "Aigor"). Me acerco a una mujer sudamericana que está fregando la acera:
- Hola, buenos días. ¿Un bus que me acerque a N.M.?
-Si claro. Crúcese la calle y ahorita mismo tendrá que pasar uno. ¿Se encuentra usted bien?
-Si, gracias. Es el lumbago.
-¿Quiere que le ayude?
-Muy amable, pero no hace falta. Si he llegado hasta aquí...espero que me queden fuerzas para volver. Le digo y le sonrío, para que se quede tranquila.

Me arrastro cual lombriz por el paso de peatones, sintiendo las miradas de los conductores. Llego por fin a la marquesina del bus, y me apalanco contra el cristal. Si me siento, tal vez no me levante. A los 3 minutos pasa el bus. De puta madre, pienso. Ya queda menos para llegar a casa. Pago y voy buscando un sitio  en modo Robocop. Me siento. Y veo que le señor que va a mi lado me mira de reojo. Paz interior...el dolor está en tu mente, no hay dolor, no hay dolor...(putos baches, ouch!)


Teseo contra el minotauro
(fuente: enclavedemito.wikispaces.com )
Me bajo en mi parada y me dirijo a coger el cercanías. Otra odisea. Mientras recorro pasillos interminables, subo y bajo escaleras mecánicas, me siento como Teseo en el laberinto, sólo que hoy, no sé si sería capaz de derrotar al minotauro. Tal vez, tenga suerte y se muera de risa al verme así, ainnnsss!
Llego al andén y al poco oigo como se acerca el tren. Subo como buenamente puedo y me siento. Ahora si, es un largo trecho. Me miro en el reflejo de los cristales y doy auténtica pena, ni mis mejores secretos y artimañas han podido cubrir estas ojeras. Suspiro. Por fin llego a la estación y mientras bajo del tren voy mirando el recorrido que me queda hasta mi siguiente transbordo. ¡Joder! Está a tomar por culo. Bufo un par de veces y digo: vamos allá. Llego al andén jurando en arameo, y miro cuánto queda para el siguiente tren: 8 min. ¡Me cago en mi  puta calavera! 

Finalmente me arrojo sobre un banco. Es metálico y está congelado. "Si lo hicieran de hielo no estaría más frío" pienso. Y al momento esbozo una sonrisa.¡JUAS! Aún tengo ganas de pensar tonterías, me río yo sola. Sería un buen twit, pienso. Saco mi móvil,  le hago una foto a un trocito del banco que queda libre y twiteo. Eso me mantiene un rato entretenida hasta que llega el tren. Me levanto poco a poco haciendo toda la fuerza con los brazos, por que la espalda ya ha dicho "hasta aquí" y veo por el rabillo del ojo que se me acerca una mujer, 40 y pico años, ojos azules y pelo rizado:
-¿Te encuentras bien?
-Si gracias. Es el lumbago. Pero gracias por preguntar.
-¿Te ayudo a subir?
-No gracias, malo será.

Ella va todo el rato detrás de mi. Ve que me siento, y me vuelve a preguntar si necesito algo. Yo le sonrío y le digo que no. Ahora ya estoy sentada y todo va bien. Y le guiño un ojo. Ella se sienta en los asientos de al lado y no me quieta ojo. Casualmente nos apeamos en la misma estación. Yo me voy levantando poco a poco y siento que una señora bajita me empuja. La miro con cara de pocos amigos, pero ella agacha la cabeza (maldita cobarde). Camino pasito a pasito hacia la puerta, dejo salir a gente más ágil que yo, y la misma individua me vuelve a empujar. Yo me contengo y respiro profundamente. Llego a las escaleras del vagón y me agarro a una barra metálica,  porque la muy zorra me ha vuelto a  empujar. Me paro en seco, la miro y le digo: como me vuelva a empujar le parto la cara. Si tiene prisa adelánteme, pero no me empuje. Ella iba a replicar, pero la mujer que antes se había preocupado por mi, un señor que iba con ella y varias personas que esperaban en el andén para subir (que se dieron cuenta de que algo me pasaba) se le echaron encima: "maleducada, que eres una maleducada" "había que empujarte a ti y tirarte al suelo" "tonta, más que tonta" "a donde vas con tanta prisa, idiota" ...Un hombre me tendió la mano para ayudarme a bajar el último escalón, mientras la fulminaba con una mirada, a la par que ella huía con las orejas gachas. ¡¡¡JAJAJAJAAJ!!! Me reía yo por dentro ¡¡¡Sufre maldita!!! Huye malandrina. Huye como la vil comadreja que sientes, ahora, que eres. MWAHAHHAHA!!!!

La chica me acompañó hasta la salida y me dijo si de verdad no necesitaba nada. Yo le dije que no, que ya cogía el coche y que enseguida llegaba a casa. - ¿Te acerco a algún sitio? Le pregunto. Ella me sonríe y me dice que vive cerca y que gracias.

(fuente: metalkingdom.net)
Llegué al coche y puse la radio. Me quedé un buen rato sentada allí descansando y pensando en la mañana más extraña que había vivido, mientras me decía a mi misma agitando la cabeza: aún queda gente buena en el mundo, increíble. Y una sonrisa se dibujó en mi cara. Arranco el coche y enciendo la radio. Está sonando, "Enter Sadman" de Metallica. Le doy más volumen y empiezo a cantar el estribillo a grito pelado: "Exit light. Enter night. Take my hand. We're off to never never-land" .Perfecto final para una mañana grandiosa. 
A la una y media, de ese mismo día, me llaman de la empresa para decirme que no me habían seleccionado. Muy bien, gracias. Hasta luego, le decía a la amable señorita mientras sonreía y pensaba: me la suda. Hoy soy feliz porque sé que aún queda gente buena en el mundo, como yo, y que no estoy sola.  ¿Qué no soy una buena candidata para su empresa? Ellos se lo pierden, FUCK YEAH!



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