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viernes, 25 de enero de 2013


LA ESTACIÓN FANTASMA DE CANFRANC (colaboración)

   
Antes de empezar vamos a situarnos: 

Nos vamos a Aragón, en concreto a la provincia de Huesca, y allí encontramos un pueblo llamado Canfranc, usado como paso fronterizo entre España y Francia. 




Pues bien, dicho esto os contaré que Canfranc es un pueblecito de unos 600 habitantes situado en un profundo valle y que forma parte del Camino de Santiago Aragonés, supongo que por ser la vía más accesible de la zona, pues posee un terreno menos agreste. Este pueblecito sufrió varios incendios (creo que uno  en s. XVII y otro en el s.XX), que arrasaron con gran parte de su patrimonio histórico y cultural. Uno de los edificios más emblemático y por el que es muy conocido Canfranc, es su estación de ferrocarril. Aunque está abandonada desde 1970 por el descarrilamiento de un tren, sigue siendo un sitio precioso en el que detenerse a comer, visitar la zona y hacer una parada obligatoria en su estación fantasma para hacer fotos, pues tiene un edificio principal imponente, y algún secreto oculto, jeje...







Vista desde el puente que da paso desde la carretera a la estación











Toda la información acerca de este pintoresco lugar la tenéis por internet, así que no os voy a aburrir con datos que encontrareis por la red. Pero sí sentía curiosidad por saber más sobre el edificio principal de esta estación de tren. Para ello eché mano de mis contactos, y ayudada por mi gran amigo de la infancia, y arquitecto, Miguel Mira Díaz, os dejo unos datos técnicos. 
Desde aquí le doy, de nuevo, las gracias . Espero que os resulte tan interesante como a mi.

"Desde 1904, la España de la Restauración y la Francia de la Tercera República emprendieron el proyecto de creación de un nuevo corredor ferroviario por el histórico paso del Somport. Una tercera vía de acceso a la península a través del Pirineo Aragonés, paralela a la traza del Camino de Santiago. Este nuevo trazado requirió la construcción de una nueva estación fronteriza internacional en el lugar de Canfranc, punto de encuentro de la línea férrea española de Zaragoza a Francia y la línea francesa de Pau-Canfranc dentro del eje Burdeos-Zaragoza.

En esta nueva estación se debía resolver, de un modo semejante al de las estaciones ya existentes de Irún-Hendaya y Portbou-Cerbere, el problema del transbordo de pasajeros y mercancías desde los trenes europeos con ancho de vías internacional (1435mm) a los trenes con ancho de vía ibérico (1668mm). La estación fue concebida, por lo tanto, como un intercambiador en el cual pasajeros y mercancías descendían de un tren tan solo con el fin de abordar otro con el ancho de vías adecuado para continuar su camino.

En 1970 la línea fue clausurada en su parte francesa. De los años de la estación como infraestructura internacional ha perdurado el gran edificio intercambiador para pasajeros. Fue concebido como una gran estructura interpuesta entre las vías que llegan de cada sentido, completamente simétrica según su eje longitudinal. La gran longitud del edificio se correspondía con el largo de los convoyes que se detenían delante de cada una de sus dos fachadas. El viajero una vez el tren hubiera alcanzado la estación se apeaba,  y resguardado por una amplia marquesina accedía al edificio a través de cualquiera de las innumerables puertas de la fachada correspondiente a su llegada. Tras disfrutar de los servicios de la estación (restaurante, hotel, etc), abandonaba el inmueble  por la fachada opuesta para continuar su viaje.

El edificio fue proyectado a comienzos de los años '20 por el ingeniero Ramírez de Dampierre. Para el cuerpo principal se decidió el empleo de una estructura porticada de hormigón armado, coincidiendo con la primera gran expansión en el uso de este material en España, después de las sentencias desfavorables a las compañías propietarias de las patentes. La posibilidad de una construcción económica, rápida y segura fue probablemente el motivo por el que el Ministerio de Fomento impuso el empleo masivo de esta tecnología en la estación de Canfranc.


Publicidad del sistema patentado Hennebique en España


  

Sin embargo, la apuesta por las nuevas tecnologías no significó en absoluto la adopción de un lenguaje coherente con la técnica empleada. Mientras arquitectos como Auguste Perret introducían en Francia un nuevo “style sans ornament”, radicalmente racional e indisociable del material empleado, en la estación de Canfranc la estructura de hormigón se enmascaró bajo un aparato ornamental ecléctico y afrancesado. Se optó por la simulación del uso de una estructura de fábrica mediante la adición de molduras, ménsulas, pináculos  y medallones con el malogrado fin de dignificar el edificio y adaptarlo a los gustos conservadores del Directorio de Primo de Rivera.

A día de hoy, la ruina del edificio, que poco a poco lo desnuda de sus ornamentos, puede poner en valor la racionalidad de una estructura que es la verdadera valía de esta obra."  


   
Ahora os voy a mostrar qué pasa si eres una persona curiosa, y te gusta investigar los recovecos allá donde vas. Esto nos topamos al dar un rodeo y visitar la parte de atrás de esta estación. Allí podrás encontrar verdaderos tesoros. Como antiguos vagones de tren, llenos graffitis y asolados  por una espesa maleza. Algunas fotos no le hacen justicia a lo que veía yo "in situ". Aún así,  espero que os gusten. 





















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