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jueves, 4 de abril de 2013

FRASES ANTOLÓGICAS (I)


Cuando vives en piso compartido y sales de fiesta, al llegar a casa (un pelín perjudicado, por no decir borracho como un piojo) siempre se producen situaciones pintorescas; o alguien dice  o hace algo que pasará a los anales de la historia. 

Recuerdo que un Halloween llegamos a casa Bruce Lee, Hommer y yo, y no pudimos dejar pasar la ocasión de grabarnos con los disfraces y los maquillajes. Pusimos una canción de David Guetta en uno de los ordenas, colocamos las cámara de fotos sobre la tele y nos pusimos a bailar como si no hubiese un mañana. ¡Menudo cuadro! Pero eso, queridos amigos, no es lo que me ocupa en este post.



Simplemente grandioso (www.kerisa.net)


Otra noche regresábamos a casa después de andar de rachín por Madrid. Yo, particularmente, siempre que llego de fiesta traigo un hambre atroz. Y lo primero que hago es asaltar la nevera o comerme las sobras de la cena, en caso de haberlas. Otra gente, es más de tomarse un vaso de leche, un bol de cereales o un cafelito. Esa noche habían sobrado lentejas del mediodía.

El caso es que esa noche llegamos a casa muertos de frío. Nos pusimos cómodos, en modo chandalero. Homer encendía la play para viciar un rato al "Call of Duty", Bruce Lee trasteaba  por la cocina haciendo café, y yo estaba en el baño desmaquillándome. 

- ¿Alguien va a tomar cafeeeeé ? - Grita Bruce Lee desde la cocina.
- Noooooo, graciaaaaas - Gritamos Homer y yo al unísono desde nuestros respectivos emplazamientos.

Y ahí quedó la cosa. Al rato salgo del baño, y mientras atravieso el salón camino de la cocina voy pensando en alto (cosa que hago involuntariamente y muy a menudo): pueeeeesss... no sé si hacerme un cola-cao o calentarme las lentejas... Oigo la risa estridente de Bruce Lee desde la cocina: ¡¡¡JAJAJAJA!!! 

- ¿EEEHHHH? - Digo yo. - ¿De que ríes tanto si estás ahí solo?
- ¿Pero tu te has oído?- Me pregunta despollado de la risa.
- ¿Ah? ¿Que lo he dicho en alto?
- Si, hija, si.
- Pues eso. Que no sé si calentarme las lentejas, ¿que tiene de raro? 
- Nada, nada. Pero es que pasar de querer un cola-cao a una lentejas... pues es un poco raro.
- Pueeeessss... ¡pues no! - le digo extrañada - Es que estoy helada y me apetece algo calentito.
- Claaaaaroooo. Y tu indecisión es entre leche caliente o un plato de lentejas. ¡Normal! - me dice Bruce Lee levantando los brazos al cielo y sin parar de reírse.

Tras el diálogo de besugos decidí calentarme las dichosas lentejas. Me siento en la mesa del comedor y me pongo a zampar. Mientras, Bruce Lee bebía su café sentado en el sofá,  Hommer viciaba a la play espatarrado en un puf a dos palmos de la tele. En estas, siento un silencio perturbador a mi alrededor. Levanto la vista del plato y veo al muy imbécil de Bruce Lee haciéndome una foto, mientras no paraba de descojonarse de risa. "Eres gilipollas", le digo mientras niego con la cabeza y rebaño mi plato con un trozo de pan. 

Mientras tomaba el café y se fumaba un piti, el tontopolla de turno, se dedicó a mandar la foto por whatssap a nuestros colegas, con los que no hacía ni media hora que acabábamos de estar. Paciencia... daaaame pacieeeeenciaaaa...



Al final accedí a posar para la posteridad


Finalmente, y tras las veces que Bruce Lee ha contado esta historia a otros amigos, para hacerme ver que sí que era rara aquella indecisión,  la frase de  "No sé si hacerme un cola-cao o calentarme las lentejas" pasó a la posteridad. 



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