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domingo, 25 de agosto de 2013

"ME GUSTA SER MUJER..." ¡Y MIS COJONES 33!


Al que se le ocurrió este slogan era un tío, fijo; o una pava hasta el culo de morfina.

Si, queridos amigos, hablemos de la regla. La "fambulosa" - como diría el hamster de "Bolt"- y nada molesta regla. ¿Que por qué? Pues por que me gustaría aclarar algunos mitos y contar algunas verdades. Y por que me hace mucha gracia eso de: "nosotros también la sufrimos". 

Vosotros, y cito textualmente: "sufrimos vuestra mala leche, que es lo nos afecta a los que estamos alrededor". Aham... sufrís nuestro mal humor... pobrecillos, si es que somo una hijas de puta y egoístas. 

Que vosotros también sufrís ¡JA! Os vos a contar que es sufrir.

Todo comienza unos 15 días antes, cuando notas al peinarte, que tu pelo está más rebelde de lo normal. 

ESTADO DEFCON 5

¿Pero que diantres...? Pasas la plancha 12 veces y el pelo sigue pareciendo un estropajo. Te rindes y te haces una coleta. Sales a la calle y solo el hecho de haber bajado a pie por las escaleras hace que sudes como un cerdo. Notas las gotas de sudor descendiendo por tu espalda, y rezas para que en tu camiseta rosa coral recién puesta, no se noten las cataratas Victoria que ahora inundan tu espalda. La hostilización comienza.


ESTADO DEFCON 4

Han pasado cinco días más. Te has levantado para ir al curro a las 5 y media de la mañana. Vas a la cocina y abres la cafetera. Solo este esfuerzo ha hecho que empezaras a sudar como una anguila, y te cabreas, por que recién has salido de la ducha, y si sigues sudando vas a arruinar la ropa que planchaste ayer por la noche mientras veías "Walking Dead". 

Desayunas y te vas a vestir. Mientras intentas ponerte tus pantalones favoritos, notas que te ciñen más de lo normal ¿habrán encogido en la lavadora? Resoplas como un búfalo de agua mientras intentas subirlos. Cuando por fin lo consigues, los vas a abrochar y te das cuenta de que estás hinchada cual Hindenburg: tu panza ha comenzado a tomar dimensiones insospechadas. Te miras al espejo y te das cuenta de que tienes un gran parecido con cierto galo que porta menhires y come jabalíes. Tus vaqueros te aprietan y te sientes incómoda, por lo que te desvistes y buscas en el armario tus leggins y una camisa ancha, por que no quieres ir embutida como una morcilla. Ya has perdido 5 minutos. Resoplas. 



www.devianart.com


Como todo va a la par, no solo se hincha tu vientre, las bufas también toman unas dimensiones desconocidas, hasta para su propia dueña. Te pones el sujetador de siempre y ves que es misión imposible... coges uno deportivo. Resoplas doblemente por que el puto sujetador, que se pone por la cabeza como una camiseta, se ha quedado enrollado en la espalda, por que la operación pantalón te ha hecho que rompiese a sudar, de nuevo. Te retuerces, te peleas, juras en arameo... ¡por fin! Te sientas en cama un momento a ver si paras de sudar para ponerte la camisola de cuadros tipo leñador. Has perdido 10 minutos más, que ya son 15. Eso te supone un retraso o ir a las carreras. La hostilización va en aumento.


ESTADO DEFCON 3

Los 7 días antes del gran fiestón son la caña. A los sudores, que ya son casi sofocos, a las bajadas de tensión, al aumento de diámetro generalizado, hay que sumarle otras cosas súper divertidas que os relataré a continuación:

-Fatiga, cansancio y sueño atroz: el cansancio se multiplica por mil. Todo te cuesta x3 hacerlo, y solo consigues la mitad. Cualquier cosa te lleva a una fatiga extenuante: estar de pie, cargar con el bolso... Si te paras, lo más probable es que te quedas dormida, en el metro, en el curro, en un semáforo... 

- Retención de líquidos: es algo "fammmmbuloso". La retención de líquidos provoca que tus dimensiones aumenten, por lo que tu ropa y calzado de siempre te quedarán como si fuesen una o dos tallas menos. Comodísimo. Yo, particularmente, cojo hasta 3 kilos (aunque luego los pierdas, pero ahí están, mientras corres, subes escaleras...). Tu circulación empeora, y se nota sobre todo en las piernas: se congestionan, las sientes pesadas, te duelen, a veces mucho, tanto que  piensas que House es un puto quejica. Y ustedes dirán: tómate una infusión de cola de caballo que es muy buena para mear. Pues no es tan fácil, ya que abusar de diuréticos puede causar fatiga, o debilidad debido a los bajos niveles de potasio que quedan en el cuerpo por que los eliminas por la orina. Así que, es peor el remedio que la enfermedad.

- Déficit de atención y pérdida de fuerza: estás dispersa todo el día, no te enteras de nada de lo que te dicen, no tienes el pensamiento tan ágil como de costumbre, te cuesta hasta sumar 2 + 2. Cualquier tarea mental que hagas durante estos días dará como resultado un cagarro enorme. Lees algo pero no te enteras. La gente te habla y tu solo oyes: blablabla... Yo incluso he llegado a quedarme colgada, como el Windows. Levantarme del sofá y quedarme parada como una estatua de sal durante unos segundos... salir de ese trance y no saber cómo te has puesto en pie, ni por que, ni a donde ibas, ni tu puto nombre... Algo tan sencillo como abrir la cafetera, que TÚ has cerrado al día anterior, ahora será una tarea imposible. Hasta arrastrar tu propio cuerpo resulta un esfuerzo titánico. 
Imaginaos lo bien que nos lo pasamos a la hora de preparar unos exámenes o si eres deportista, entrenando... un maldito suplicio para obtener una mierda de resultados.


www.educima.com


- Descoordinación y torpeza x10: todo lo que antes hacías en modo autómata (caminar, cocinar, conducir, hablar...) ahora necesitas un nivel de concentración de monje shaolín. Tropiezas, te tuerces los tobillos, te cortas, te quemas, rompes algún que otro vaso o plato, te despistas, pierdes reflejos, te dispersas en las conversaciones... Y con todo esto tu nivel de hostilidad se va incrementando cagada tras cagada.

¡Ah! Y empiezas con el mono del dulce. Aunque lo aborrezcas, como yo. Necesitas dulces SI o SI.


ESTADO DEFCON 2

Cinco días antes del apocalipsis. Todo lo contado anteriormente se incrementa hasta x10. 

- Empiezan los dolores: de espalda, de barriga, de cabeza, en las articulaciones. Y no un poquito, no. En una escala del 1 al 10 se saldría unos 5 puntos. Tu paciencia está bajo mínimos y rezumas mala hostia de 98 octanos. Y no, no son las hormonas, es por que estás hasta la polla de todo.

Pero esta fase tiene la ventaja de que, al igual que tu torpeza ha alcanzado limites infinitos, tus otros sentidos se agudizan a nivel súper héroe. Oyes cosas que los demás no pueden, puedes percibir y reconocer olores a gran distancia, la intuición se vuelve nivel ninja. Spiderman y su sentido arácnido es un puto aficionado a tu lado. Con lo que sumado al rencor recolectado en los días anteriores eres más peligrosa que todos los titanes juntos.

Comes como una posesa. Tanto que hasta tus amigos te temen, y se alejan de ti en la mesa y custodian su plato como el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial. Acabas de comerte un jabalí relleno de palomas y ya estás oteando que más puedes comer. Bebes como si hubieses cruzado el Calahari de rodillas. Ya no te vale con comer un donut, ahora ya estás a nivel de: nocilla a cucharadas. Estás guardando reservas para tu apocalipsis zombie particular.



www.elmoustrodelasgalletas.com


- Los dos últimos días son la hostia: Te has hinchado hasta límites insospechados, sabes que de ahí van a salir unas estrías como la falla de San francisco. Más leña al fuego. Tienes frío y al momento calor, tienes sueño, estás cansada, todo te sale mal. El simple olor de la comida te revuelve el estómago, tienes nauseas y no quieres ni comer. Te duele la espalda, la barriga, las rodillas, la cabeza. Tienes el pecho súper sensible y solo la presión del sujetador es insoportable (para los tíos: como si te pasas una lija del 8 por la punta del nardo), tienes paciencia -15, los ovarios te van a reventar...

Algo te perturba: hay una bolsa de deportes en la mitad del pasillo, por la que asoma un bañador y una toalla. Aunque sabes que tu pareja no va a la piscina...

ESTADO DEFCON 1: SE DESATA EL RAGNAROK!!!

DOLOR. Solo hay eso, dolor, mucho dolor. Silencio y dolor. Ya no sientes ni frío ni calor, ni hambre, ni sed... sólo quieres dormir y no sentir ese horrible dolor o que te dejen perecer sola. 

Hay algunas suertudas que con un parecetamol de 500 mg les sobra para estar dopadas todo el día. Pero otras no tenemos tanta suerte y tenemos que tomar cosas que recetan para dolores post-operatorios o cólicos, y aún así, el efecto te dura un par de horas, 3 con mucha suerte. 
No puedes dormir. Son las 3 de la mañana y estás en posición fetal agonizando. Te estiras, te encojes, te pones panza a bajo, te encojes de nuevo, los ojos como platos... las 4, y mañana hay a que ir a currar. Te levantas y caminas en círculos por el salón, a ver si te cansas y te duermes de puro agotamiento. Caes rendida en el sofá y las 5 y medio tocan diana, cagüennn...

Te despiertas. Ruedas y te tiras del sofá. Te pones en pie. Estás zombie. Has maldormido una hora y pico. El dolor continúa y para colmo te has pillado una postura en el cuello de dormir tronzada de mala manera en el sofá. Reptas hasta el baño doblada y agarrada a tu inmensa barriga. Te miras al espejo: ojeras de mapache y ojos inyectados en sangre. Perfecto para ir a currar. Te duchas. Escoges la ropa. Te intentas peinar y te maquillas con paleta, ocultando tu cara de psicópata.  Todo esto, no olvidemos, acompañado por un dolor que anula hasta tu pensamiento racional.



Mi jodida y rajada cara por las mañanas
www.lacasadeel.net


Quieres comer algo para meterte otro chute, pero todo te da asco. Te obligas, por que sabes que no lo haces será peor. Intentas poner buena cara y sales de casa, pensando que te quedan más de dos horas de viaje, que en hora punta fijo que te toca ir de pie, 8 horas de curro aguantando a la gente y a tus compañeros que te dicen la típica gilipollada de: déjala que está insoportable, tendrá la regla...  Y tú, sin paciencia alguna ya, estallas de ira y los pones a todos firmes. Sales del curro y te vas corriendo a coger el tren. Llegas y vas corriendo al súper. Llegas a casa y tienes que hacerte la cena o la comida, mientras te toca aguantar a tu pareja, que está de morros por que Iker no juega; o a tu compañero de piso, que no ha limpiado el baño y huele a alcantarilla; o a tu perro, que ha decidido vomitar por todo el pasillo; o a tus hijos, que quieren ir a "Salpicamás"; o a la abuela, que ha perdido sus recetas; o a la vecina cotilla, que te comenta que el vecino del primero discutió con la mujer y ahora vive en el trastero; o a que te ha llegado el seguro del coche... y todo cristo te viene a llorar a ti... como si no tuvieras suficiente mierda encima ya.

En en recibidor, en lugar de la bolsa de deportes, encuentras una nota que pone:

"Me he ido a la playa el finde con los colegas, para conservar los dos ojos y mi cabeza sobre los hombros. Cuando te recuperes me avisas. Un beso. 
PD- no olvides que te quiero mucho, princesa Fiona..."

Será capullo... y cobarde ¬¬



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Así durante 5-7 días. Luego tardas como una semana y pico en recuperarte, como de una gripe. Y después de este agonizante periplo, comienzas de nuevo con todo lo relatado anteriormente. 

Así que, desde aquí hago una petición: no nos toquen los cojones con la frasecita: "estás de regla" para argumentar un enfado irracional que podamos tener en un momentos dado. Me gustaría saber como reaccionarían algunos tras llevar toda esa mierda encima, y poniendo buena cara y una sonrisa, of course, si argumentáramos nosotras su mohín o su mal humor con un simple "está en esos días".

Esos días... ni con la mitad de lo que les he contado podrían alguno de ustedes. Al primer síntoma estarían metiditos en cama sufriendo más que alguien con neurálgia del trigémino (la gente se suicida por esto).

Así que haganme el favor la próxima vez, y sean más comprensivos. No es la regla en sí, es todo lo has pasado esos días y lo que te queda por sufrir lo que, al menos a mi, me encoleriza más. No usen esa frase tan manida, que es la casi siempre enciende la mecha para nuestra trasformación en Hulk.

Ah! Y al artífice de la frase "me gusta se mujer" que no lo pille por calle, por que no será necesario que esté pasando mi infierno personal para que lo forre a hostias. Desde aquí le mando un beso desde mi unicornio que galopa sobre el arcoiris, cabrón.
















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